viernes, 29 de marzo de 2013

MEMORIAS DE CHINA


9.VIII.2011
Comienza la aventura china.

Tras una rápida escala en París y algunos nervios en el control con el bolso de Elena y unas pinzas de depilar, nos subimos al avión rumbo a Pekín.
En este momento volamos por encima de Rusia y nos quedan aproximadamente seis horas y media de vuelo.
Todo va muy bien.
14.VIII.2011
Son las diez y media de la noche y acabamos de despegar en Xian con destino a Guilin. Atrás quedan tres días en Pekín y dos en Xian. Todo va muy bien excepto algún contratiempo poco agradable en los desplazamientos. Es lógico que en un viaje como este pase algo.
Los billetes de tren de nuestro viaje nocturno desde Pekín a Xian andaban algo descolocados y no pudimos viajar cada familia en un compartimento como estaba previsto. Lucía, Elvira, Olivia y Amanda acabaron durmiendo con Chus, Elena y yo con dos chavales chinos con los que no paramos de charlar intentando entendernos, y Jose sólo en un compartimento con una familia china.
La noche comenzó con muchos nervios en la estación repleta de gente (como casi todos los sitios en China), pero terminó bien y hasta fue divertida.
En cuanto al vuelo hacia Guilin, no las teníamos todas con nosotros ya que ha habido un error con los billetes y en el mío, donde debería poner mi nombre, aparece el de Amanda. Han pasado la puerta de embarque, Chus, Elena, Lucía, Elvira y Olivia, y nos hemos quedado al oro lado, Jose, Amanda y yo.
Nuestro guía en Xian lo pasado mal intentando solucionar el entuerto con la policía, personal de la compañía aérea, aeropuerto… hasta que finalmente nos han puesto de mala gana un sello en la tarjeta de embarque, y a otra cosa mariposa. Ha habido canguis pero todo se ha solucionado y ahora estamos volando.
¿Qué decir de Pekín (Beijing para los chinos)? La hemos pateado mucho, todo lo que es posible en tres días y con un calor extremo y húmedo que nos hace sudar sin parar. No recuerdo haber sudado tanto en mi vida. Ni agotarme como al subir la imponente Gran Muralla. Es espectacular, impresionante, enorme…todo en China parece ser enorme. Yo me rajé y no subí todo lo que me hubiera gustado. Elena, Jose y Amanda treparon la escalinata de gigantescos peldaños hasta más arriba que el resto.

17.VIII.2011
Aeropuerto de Guilín.
Va a ser complicado que esto tenga una mínima coherencia cronológica.
Contaba nuestra visita a la Gran Muralla, cerca de Pekín, y a día de hoy han pasado no sé ni cuantos días, y creo que tres ciudades más.
¿Por dónde sigo?
Es de noche, nos encontramos en el aeropuerto de la ciudad de Guilín y nos dirigimos a Hangzhou.
La verdad es que la actitud de las niñas es increíble. No paramos un momento, dormimos poco… y están como si no fuera con ellas. Excepto algún momento de descontrol, en general están contentas, tranquilas y siguiendo el ritmo que nos marca este enorme viaje. Hoy mismo, no sé ni cuando llegaremos a nuestro hotel, el quinto ya, ni cuánto tiempo podremos dormir. Nuestro vuelo está retrasado y aquí estamos.
Vuelvo a Pekín.
Lo que más nos llamó la atención al llegar fue el calor que hacía. Un calor húmedo, intenso y difícil de aguantar.
Nada más llegar, conocimos a Cao, se dice Chao, nuestro guía. Un chaval de veintidós años más listo que el hambre y con un nivel de nuestro idioma más que suficiente para entendernos con él.
Nos llevó al hotel en una furgoneta con conductor y nos explicó que lo primero que iríamos a visitar era el templo del cielo. Dejamos nuestras maletas y allá que nos fuimos bastante descontrolados por la diferencia horaria con nuestro país. Habíamos salido del aeropuerto de Madrid por la mañana y, tras todo el día viajando, era por la mañana de nuevo y nos habíamos quedado sin noche para descansar.
Pekín huele de una manera muy particular. No es que huela mal, tiene un olor fuerte y peculiar. Es una ciudad muy contaminada y repleta de gente que va y viene sin parar.
23.VIII.2011
Estamos viajando hacia Ámsterdam desde Shanghái. Creo que son las tres y diez de la tarde, hora holandesa. Salimos de Shanghái a la una aproximadamente, y la verdad es que tengo un buen cacao con el horario. Llegaremos a Madrid a las once y pico, que para nosotros serán las cinco de la mañana. ¿Quiere esto decir que viviremos varias horas dos veces?
Se ha acabado el viaje a China. La sensación es que los días han pasado volando, y al mismo tiempo, han sido tan intensos que parece que haya pasado un año desde que llegamos a Pekín.
La última noche la hemos pasado en Shanghái. Me ha fascinado esta ciudad. En ella se mezclan el pasado y el futuro de una forma que nunca había visto. Es una ciudad que parece sacada de un comic o una película de ciencia ficción. De hecho, no he podido dejar de pensar en Flash Gordon… esa mezcla de la estética de los años treinta o cuarenta con la futurista del planeta Mongo. Para mí, Shanghay es desde ahora, el plantea Mongo.
Los altísimos rascacielos y edificios de cristal empastan con la vieja China de una manera increíble.
Mi primera impresión fue algo decepcionante. Llegamos por la mañana desde Wuzhen, y lo primero que fuimos a ver fue un templo budista más: el Templo del Buda de Jade. Hemos visitado varios. En Pekín, el Templo del cielo, el primero, que bajo un calor extremo y rodeados de una masa de personas, en su mayoría turistas chinos, a mí me ha parecido un decorado. También en Pekín fuimos a conocer el templo lamaísta con la figura de Buda más grande de toda China, y que no me emocionó demasiado, a pesar de su espectacularidad y su importancia. En Xian conocimos otro del que ahora no recuerdo el nombre, tarea complicada con la cantidad de lugares visitados. Este sí me encantó, me dio tranquilidad y fue un placer pasear por su jardín. Me pareció algo más  ¿auténtico? Todavía visitamos uno más: el Templo del Alma Escondida, con unas figuras de Buda talladas en la piedra espectaculares. Me gustó mucho ese sitio y nos refrescamos los pies en el agua de su arroyo.
Vuelvo a Shanghái. Decía que mi primera impresión fue algo decepcionante. Cuando llegamos al puerto, allí lo llaman el bund, y se nos ofreció la vista de esa maraña de edificios altísimos, no me pareció para tanto. En cambio mi sensación cambió radicalmente tras subir al último piso del Financial Center (creo que se llama así, aunque creo que me falta algo). Es el edificio más alto de China, cien pisos, y tercero del mundo. La visión de la ciudad desde allá arriba es algo imborrable que no se puede olvidar… como tampoco podré olvidar nuestro paseo por el bund ayer por la tarde, anocheciendo. Con la mejor temperatura de todo el viaje, y una brisa muy agradable, contemplar ese derroche de luz y de imaginación fue algo alucinante.
Enormes barcos yendo y viniendo, pantallas gigantes, y luz, mucha luz. Precioso.

lunes, 25 de marzo de 2013

LA VIDA EMPEZÓ EN EL MAR

HISTORIA DE PAPÁ

Esta historia empieza en el año 1.930 en Santander,  justo cuando yo decidí venir al mundo. En ese año se había hecho un gran invento, el Gran Zeppelín (que os lo explique el profe), y ese invento se paró encima de la ciudad cuando yo nacía. Por eso todo el mundo dijo que yo había nacido con estrella. Vamos, como la de Belén. Entonces, mi ángel de la guarda me dijo que encontraría un gran tesoro en mi vida.

Poco después, mis padres vinieron a Madrid y yo con ellos. Al llegar a Madrid, pusieron en marcha un centro cultural como los que ahora existen en muchos sitios pero que entonces no había, que se llamó Hogar Recreativo y Cultural. Un sitio donde unos estudiaban, otros hacían teatro, otros jugaban al fútbol y muchas más cosas. Yo estaba encantado y todavía no buscaba el tesoro.

Como era un niño muy guapo y muy gracioso, unos americanos me contrataron para hacer tres películas con la Metro-Goldwyn-Mayer, una productora de cine muy famosa. Tenía que llevarme mi madre a la ciudad de Los Ángeles el día 21 de julio de 1.936, pero todo se fue a paseo porque el día 18 de julio empezó la guerra. Lo pasamos muy mal, venían los aviones y nos tiraban bombas y mi abuelo que era un gran tipo, mientras todo el mundo se escondía en los sótanos y debajo de las camas, salía a la calle con su bastón, amenazaba a los aviones y les decía que bajaran si eran valientes. Pero no le hacían ningún caso y seguían tirando bombas.

Por fin todo terminó y yo empecé a pensar en el tesoro. Comencé a estudiar, sobre todo geografía. Pasó algún tiempo y entonces decidí que todo buen explorador necesita un ayudante. Conocí a vuestra abuela, la más guapa, la más lista y la más valiente, y juntos seguimos la caza del tesoro. Empezamos a viajar, preguntamos a mucha gente, conocimos a Tarzán de los monos y le preguntamos si estaba en África. Nos dijo que no. Nos marchamos a Egipto para buscar en las pirámides… tu abuela, la más valiente de todos se metió dentro de una de ellas pero no encontró nada. Entonces nos marchamos a América, a México el país de los aztecas, y buscando, buscando, nos subimos a las Pirámide del Sol como nos dijo Cantinflas, pero tampoco estaba allí el tesoro.

Volvimos a casa y fuimos a Rivas con la familia, y entonces mi ángel de la guarda me dijo: “Eres muy torpe, tienes  el tesoro delante de tus narices… y tú, sin verlo”. Y se me abrieron los ojos… el tesoro estaba allí: Olivia y Lucía. Y ya fui feliz, ellas son mi tesoro.

                                                           Luis San José, febrero de 2012

jueves, 21 de marzo de 2013

JORNADA ESCOLAR

En estos días se abren procesos en los colegios públicos de Rivas sobre la tan traída y llevada cuestión de la jornada intensiva. Reuniones, consejos escolares, votaciones, dimes y diretes…

Ponerse una camiseta o una pegatina es muy fácil y, a estas alturas, algunos ya sabemos que eso no quiere decir casi nada. A mí me parece que querer y creer en una “educación pública de calidad” es algo más. Mucho más. Y aunque suene un poco cursi, creo que la educación pública se lleva en el corazón, porque ponerse una camiseta verde, amarilla o roja no requiere mucho esfuerzo, ni mucho compromiso, ni, desgraciadamente, mucho corazón. En algunos sitios como nuestro pueblo puede resultar hasta “chic”.

Yo no estoy a favor de la jornada continua. Lo primero, por los niños. Ya vale de comprimirles, exprimirles y enseñarles apresuradamente, cumpliendo objetivos como si de una carrera de vallas o una factoría se tratase. En segundo lugar, por las familias. Muchos padres y madres tienen que apresurarse para llegar a tiempo de recoger a sus hijos y, evidentemente, si la salida se adelanta tendrán que ajustar aún más sus horarios, no comer,  o encargar a otras personas para que lo hagan. Y, por último, por la tan denostada educación pública frente a colegios privados y concertados que amplían sus horarios, sus inicios y sus finales de curso,  el tiempo que haga falta para favorecer a sus clientes. ¿Cuál es el próximo paso? ¿Suprimir los comedores escolares de los colegios públicos?

Lo que me da pena, y rabia, es que algunos, o muchos profesores, de esos que se ponen la camiseta y gritan, hayan votado sin pestañear y se hayan cerrado en banda a favor de esta jornada. Claro que van a salir antes de su trabajo, pero tengo la sensación de que no entienden nada. No les pidas a muchos, o a algunos, profesores o no, que piensen en algo más que no sea su propio ombligo.

La educación pública de calidad empieza en el propio cole, en las propias aulas…no responsabilicemos sólo a esos politicastros y mercaderes que organizan nuestras vidas. Todos tenemos nuestra parte de responsabilidad. De nada vale que salgamos a la calle cuando nos tocan nuestro bolsillo y nuestras condiciones laborales, si luego no hacemos nada de lo que está en nuestra mano para que las cosas sean mejores.

Tengo la gran suerte de que en el colegio de mi hija, muchos, o algunos profesores, van más allá e incluso consultan a las familias sobre lo que pensamos. Y se agradece mucho.

jueves, 14 de marzo de 2013

HOGAR RECREATIVO Y CULTURAL


HOGAR RECREATIVO Y CULTURAL
1932 - 1936
Socios del Hogar Recreativo y Cultural


Lo que se cuenta a continuación es un humilde recuerdo a la ilusión y tenacidad de unos vecinos del barrio de La Prosperidad, hace muchos años. Ese sueño se llamó HOGAR RECREATIVO Y CULTURAL y en él coincidieron las ganas de mejorar la sociedad y, concretamente, la formación de la gente de un determinado barrio, de un grupo de personas con una moderna manera de entender la educación. Y con el teatro como motor. A la cabeza de esos visionarios, mis abuelos: María Carrascosa y Daniel San José, unos adelantados a su tiempo. Valga este recuerdo como merecida reivindicación, memoria y homenaje a ellos, y a todas las personas que creen que este mundo se puede cambiar.

En esta historia aparecen las fotografías y los nombres de muchos hombres y mujeres que intervinieron en ella. Si algún lector reconoce a su abuelo, a su madre, a su tío… y sabe alguna anécdota o dato desconocido para mí, le agradecería que se pusiera en contacto conmigo para seguir completándola.

Para poder revivir estos hechos me he servido de documentos, programas teatrales, fotografías y manuscritos conservados durante todos estos años en mi familia, y, fundamentalmente, de la prodigiosa memoria de mi padre, Luis San José Carrascosa, quien a lo largo de mi vida me ha transmitido la enorme admiración que siente hacia sus padres. Esto está dedicado a él, memoria viva de tantas cosas.

Carlos San José Vargas


“… Pero entre aquella pléyade de alumnos hubo una niña que, asimilándose no sólo las enseñanzas que se cursaban en aquel Centro, sino las ideas puras de sus fundadores, cuando fue mujer hizo fructificar la simiente prendida en su generoso corazón, haciendo, no sólo la felicidad de su hogar, sino creando este que tenéis y que pudiéramos decir que es obra suya, trayendo a él toda la pura y santa ideología de aquel trío de hombres ya viejos y que la quieren como cosa suya,  trayendo su juventud, dispuesta al sacrificio, igualmente que la de su esposo, verdadera alma de este Hogar, haciendo el milagro de rejuvenecer, inculcando nuevas energías, a los viejos que ya creían su misión acabada. Aquella niña de entonces, esta supermujer de hoy, es María Carrascosa, para la que os pido una ovación cariñosa…”

Así escribía don Pedro Menéndez Pieri, primer presidente del HOGAR RECREATIVO Y CULTURAL, el diez de septiembre de mil novecientos treinta y dos, en la Memoria del Curso 1932-1933.

María Carrascosa, nacida en el barrio de La Prosperidad, había estudiado en una sociedad benéfica llamada INSTITUCIÓN DE AMIGOS DE LA ENSEÑANZA, en la calle del General Zabala, 14. Para situarnos, hay que decir que hablamos de los primeros años del siglo pasado, y que los vecinos que habitaban el barrio eran extremadamente modestos. Este centro  nació del altruismo de una serie de gente resuelta en vencer la gran incultura de estas personas, y se sustentaba económicamente con la realización de rifas, bailes y, sobre todo, veladas teatrales organizadas y representadas por los mismos alumnos.

Éste es el germen de donde surgiría, años más tarde, el HOGAR RECREATIVO Y CULTURAL. 

María Carrascosa y Daniel San José, también alumno de la Institución de Amigos de la Enseñanza, La Institución, como la recordaron cariñosamente durante toda su vida, eran grandes aficionados al teatro desde sus años de estudiantes en los que participaron en las representaciones de obras de Galdós, los hermanos Álvarez Quintero y Manuel Linares Rivas, entre otros autores, y pasaron varios años representando, escribiendo y dirigiendo obras teatrales, formando parte del CUADRO ARTÍSTICO FARSALIA, dirigido por Ricardo Soleto, con quienes pusieron en pie entre otras obras: Tierra baja, de Guimerá  (1 de junio de 1920); El Rayo, de Muñoz Seca (12 de agosto de 1920) y el entremés Eclipse Total, de Pedro Llabrés y del propio Daniel San José (7 de octubre de 1920).  Todas estas funciones se representaron en el Coliseo Tamayo, en la calle Luis Cabrera, 40. Unos años después crearon el CUADRO ARTÍSTICO DE LA PROSPERIDAD CARRASCOSA–SAN JOSÉ, e incluso actuaron acompañando a la famosa pareja teatral Loreto Prado y Enrique Chicote en el Teatro Cómico.
    




Alrededor de 1921 marcharon a Santander, donde Daniel fue destinado como funcionario de telégrafos. En esa ciudad se casaron, tuvieron tres hijos y permanecieron once años. Durante ese tiempo Daniel San José compaginó su trabajo con la escritura de artículos en prensa, obras de teatro y poesía.

Regresaron a Madrid y se instalaron de nuevo en La Prosperidad, ya que Daniel fue nombrado jefe de Telégrafos del barrio. A partir de ese momento vivieron en la calle Malcampo, en la propia oficina de telégrafos, y fue entonces cuando el espíritu emprendedor de María, unido al amor al teatro y a la cultura en general, y las ideas progresistas e igualitarias de ambos, les llevaron a fundar junto a un grupo de personas afines, el HOGAR RECREATIVO Y CULTURAL, un sueño hecho realidad, un centro de enseñanza donde se ofrecieron cultura, conocimientos y formación gratuita a niños y mayores, con domicilio, primero en la calle de Canillas, 28, y más tarde en la calle López de Hoyos, 121, con recreo de verano en la calle Fernández de Oviedo, 3. Un proyecto iniciado con catorce socios y en el que llegaron a participar más de cuatrocientas personas. Un centro cultural, como lo llamaríamos en la actualidad, dotado con dos escenarios, biblioteca, aulas, salón de baile… y en el que se realizaron salidas campestres, conciertos, visitas a museos, bailes de carnaval y, desde luego, representaciones teatrales, base fundamental de su mantenimiento económico junto a las cuotas pagadas por sus socios. Porque ésta fue una aventura absolutamente altruista, sin ánimo de lucro, sin más intención que la de mejorar la vida de la gente de un barrio e intentar hacer de ella verdaderos ciudadanos. Un proyecto en el que se implicaron con todas sus consecuencias desde sus comienzos, aportando dinero, muebles, libros… y donde trabajaron incansablemente desde su puesta en marcha hasta su final.

Así escribía Daniel San José:

“Hora es ya, a mi juicio, de que dejando a un lado efervescencias y sentimentalismos de sus primeros tiempos, pasemos a hablar de la labor verdadera llevada a cabo por el Hogar: de la labor de él impulsada por sus hombres.

Sin duda alguna perdimos aquel aire primero de cosa íntima, de algo casero y de una muy relativa importancia.

El esfuerzo realizado hasta ahora por el Hogar Recreativo y Cultural es un esfuerzo de “alto bordo”, así subrayado.

Nos encontramos cobijados bajo nuestro techo más de cuatrocientas personas, a las que tenemos el deber de enseñar, de educar, de prestar cultura. Y no es extraño que estos profesores, nosotros, sintamos a veces en nuestras carnes y en nuestras conciencias un ligero estremecimiento producido por la duda.

¿Sabremos cumplir exactamente con nuestro deber? ¿Nos ahogará el peso de nuestra propia obra? He aquí todo.

Y nos contestamos a nosotros mismos llevando a efecto un esfuerzo mayor. Poniendo un mayor interés en el desempeño de nuestras clases y misiones, y estudiando, si cabe, para estar siempre escalones por encima de nuestros alumnos, para siempre tener algo más que enseñarles.

Viendo en nuestras aulas sentados, hombres hechos y derechos, mujeres, muchachos, niños… el profesor siente en su alma la idea de su responsabilidad, el orgullo de ser quien es; y es por esto que nadie falta a su deber, a su trabajo; y es por esto que los directores no tolerarán un ligero incumplimiento en la responsabilidad tan sagrada de esta misión tan superior.

Al niño no engañarle, no crearle en los comienzos de su vida una plataforma falsa, para que al caminar por su cuenta se le rompa y caiga. No. Base firme, educación franca, valiente, verdadera; que cuando piense por su cuenta sólo pueda decir: en efecto, esto es tal como me lo enseñaron.

Al hombre, formalidad, seriedad; tratarle como un hermano -hermano hombre-, razonar con él y discutir serenamente; plasmar en el papel o en el encerado el problema, la cuestión a resolver, y mediante la dosis mayor de raciocinio, ir cogidos de la mano hasta la resolución final.” (Boletín mensual del centro, 15 de enero de 1933)

Realmente estremece leer estas palabras escritas hace casi ochenta años. Unas palabras en las que se adivina el espíritu impulsor de lo que se podría llamar nueva escuela, en un país acostumbrado a la enseñanza tradicional e impartida generalmente por religiosos en la que, desde luego, no se permitía pensar a los alumnos por ellos mismos. No es de extrañar que el Hogar se convirtiera en un lugar de referencia y tremendamente popular.

Caracterizados para la representación de La chica del gato de Arniches
Otro miembro del Hogar, Germán Lacort, escribía en 1933:

“… ellos ahora gozan de las caricias de sus profesoras, aprenden jugando, pues que el Hogar desde su nacimiento, desterró las anticuadas disciplinas que convertían la escuela en cárcel, haciendo que el niño mirara con recelo y hasta con rencor las paredes de su jaula, y deseaba, o no entrar, o una vez dentro, que diera la hora de recobrar su libertad.

El profesor, en vez de ser un segundo padre, era considerado poco menos que el ogro de los cuentos de Calleja, al que había que observar sus movimientos, por si, aburrido de no hacer nada, se le ocurría, para hacer algo, aunque fuera un chichón, descargar su temible palmeta en la cabeza del por un momento distraído observador. Y entre espiar sus movimientos, ver si tenía buen o mal humor y pensar en la hora de la salida, el tiempo poco a poco se esfumaba sin que la memoria guardara el recuerdo del más diminuto párrafo de alguno de los libros de texto, que si por casualidad se aprendían, no se llegaban a comprender.

Pues bien, como antes decía, el Hogar ha desterrado esas antiguallas; el Hogar es un centro modernista, tanto, que hasta se sale de la esfera más moderna, buscando dentro de su órbita cosas que, concebidas por él, considera de más práctico y efectivo provecho”. (Boletín mensual del centro, 15 de abril de 1933)

Estas palabras hablan por sí mismas. ¡Son los años 30!  Sobra cualquier comentario.



Tanto profesores como alumnos realizaban su trabajo en el HOGAR RECREATIVO Y  CULTURAL después de sus obligaciones laborales.

“…Por lo que a la clase de declamación se refiere, será justo consignar que esta clase, base del mantenimiento del centro, es la que más sacrifica al alumno, que a diario se ve obligado a concurrir a ella, donde permanece hasta altas horas de la noche dedicándose al ensayo de las obras que han de representarse. Y se da el caso de que estos alumnos no tengan tiempo material para su descanso, ya que la mayoría de ellos vense precisados a trabajar durante todo el día; luego acuden a recibir sus lecciones y cuando esta obligación concluye, comienza el ensayo, que regularmente termina a las doce de la noche, excepto aquellos días en que la sesión nocturna les retiene hasta muy cerca de las dos de la mañana…” (Memoria curso 1932-1933)
De esta manera se siguió desarrollando su labor durante varios años, hasta que los vientos de guerra de 1936 desmantelaron el HOGAR RECREATIVO Y CULTURAL. Los hombres y mujeres que lo formaron, que lo echaron a andar y que mantuvieron su espíritu con éxito, tuvieron que abandonar su ideal ante la realidad cruel que había estallado en España. Después de la guerra, unos se fueron exiliados a México, otros a Francia… y otros quedaron aquí, en su barrio, añorando, con toda seguridad, lo que había sido algo más que una utopía.


Caracterizados para la representación de Marianela

 
Mi abuelo, Daniel San José, a consecuencia de la guerra  civil y su compromiso republicano, fue expulsado de su puesto de trabajo en Telégrafos y, por consiguiente, él y su familia,  se vieron obligados a abandonar su casa. Tanto él como mi abuela, María Carrascosa, para poder vivir, tuvieron que dedicarse a otros menesteres, aunque nunca abandonaron su amor por el teatro. Años después continuaron poniendo en pie obras teatrales bajo los nombres de Cuadro Artístico Hogar del Imperial CACE y Sociedad Recreativa CARMEN, en el Salón Teatro de la Sociedad Cultural Vecinal en la calle Guerrero y Mendoza, 38 (Colonia Primo de Rivera).


         Y continuaron viviendo en el barrio de La Prosperidad, en las calles Alfonso XIII, Mantuano y Vinaroz, en ésta última hasta el final de sus vidas.

OTROS DATOS DE INTERÉS:

PRIMERA JUNTA PLENARIA DEL HOGAR RECREATIVO Y CULTURAL

CARGOS ESPECIALES

Presidente, don Pedro Menéndez Pieri - Secretario, don Daniel San José - Administrador, don Germán Lacort

PRIMER PLENO

Doña María Carrascosa -Señorita María Ruiz del Valle - Señorita Paquita Gómez - Don Andrés Sandoval - Don José Arroyo - Don José Lopezosa

PRIMER CUADRO DE PROFESORES

Director de Estudios y profesor de Contabilidad y Cálculo mercantil, don Pedro Menéndez Pieri - Profesora de Instrucción Primaria (día), señorita María Ruiz del Valle - Profesora de Declamación, doña María Carrascosa - Profesora de Corte y Confección , doña Lucía Carrascosa - Profesor de Dibujo, don Andrés Sandoval - Profesor de Taquigrafía, don Germán Lacort - Profesores de Instrucción Primaria (noche), Don José Lopezosa y don Salvador Guiñales - Profesor de Idiomas, don José Arroyo - Profesor de Matemáticas y Ortografía , don Daniel San José

OTRAS PERSONAS VINCULADAS AL HOGAR RECREATIVO Y CULTURAL

José Luis Uriarte – Andrés Uriarte – Dionisio Sánchez – Casimiro Victoria – Jacinta Escudero – José Ocaña – Paula Górriz – Luis Verdú– Luisa Carrascosa – Aurelia Carrascosa – Miguel Beneyto – Antonio Rodríguez – Jesusín y Alfredito Carrascosa – Antonio Rodríguez – Bartolomé Ramón – Silverio Muñoz – Filomeno Aguirre – Carmela Muñoz – Antonio Rodríguez – Manuel R. Maza – Ricardo Hernández – Vicente García Ruy Pérez - Marita Vilar - José María Teso - Victoria San José - José Luis Ortega - José Ibañez

ALGUNAS DE LAS OBRAS REPRESENTADAS POR EL CUADRO ARTÍSTICO DEL HOGAR RECREATIVO Y CULTURAL

El Abuelo, de Galdós

El genio alegre, Amores y amoríos, Marianela, El Chiquillo, El cuartito de hora, de los hermanos Álvarez Quintero
Juan José, de Dicenta

Tierra baja, de Guimerá

Dulces memorias, de Eusebio Blasco

Lo que no muere, de Manzano

Como hormigas y La cizaña, de Linares Rivas

La fuerza bruta y La malquerida, de Benavente

No te ofendas Beatriz y La chica del gato, de Arniches


miércoles, 13 de marzo de 2013

Para empezar...

Bueno, Carlos, ya tienes un blog, tu blog.
Ya puedes empezar a gritar, a pensar en voz alta, a anotar todo eso que bulle en tu cabeza desde hace tiempo y que acabarás por olvidar, a escribir lo que no quieres decir, a decir lo que no quieres pasar...

Estaré un tiempo contigo, a tu lado, ayudándote con las piedras informáticas que vayan apareciendo, y cuando ya camines solo, volveré a ese privilegiado lugar de estar enfrente, como lectora habitual y ávida de lo que nos quieras contar cada día.
Pero también a tu lado.