martes, 25 de junio de 2013

LAS PALABRAS

Las palabras son importantes y no creo en eso de que se las lleva el viento. Depende mucho de quien, como, cuando y para qué se digan.

Hay palabras que, de tanto abusar de ellas, pierden cualquier credibilidad y sentido. Algunos, aquellos que de una manera vergonzosamente pretenciosa las utiliza, aquellos que se precian de estar en la pomada, las repiten y las contagian, como si pensaran que el resto de sus compañeros de especie somos memos, cuando en realidad cualquiera que se pare a pensarlo se da cuenta de que obedecen a las estrategias más elementales y zafias de manipulación.

Reinventarse, sostenible, ejercicio de responsabilidad, dinamizar, recursos humanos, emprendedor....¿os suenan? Hay muchas más y cada momento tiene las suyas. Palabras de moda que pasan y caen en el olvido, hasta la implantación de otras nuevas con las que los especialistas esperan las reacciones del público: ¡Que bien habla!, ¡vaya cabeza!, ¡este -o esta- sí que sabe!...

Me quedo con las palabras sencillas, esas que emocionan y mueven el corazón, esas que huelen a verdad. ¿Las otras? Pasan y nunca más se supo de ellas.

sábado, 1 de junio de 2013

EL LABORATORIO ABELLÓ

El Laboratorio Abelló se encontraba en el antiguo número cinco de la calle Vinaroz. Durante un largo periodo de tiempo trabajaron en él muchos vecinos de La Prosperidad, sobre todo mujeres. Alejandrina Vargas, mi madre, ingresó en octubre de 1.948 y trabajó allí durante ocho años.

Estas son algunas imágenes de ese tiempo.

 
8 de febrero de 1.949 (Plaza Moret)
Alejandrina, Marcelina, Mª Antonia, Angelines, Isuca, Cari,
Paquita y Maruja, empleadas del Laboratorio Abelló