He escuchado muchas veces decir a otros padres y madres que les da pena que sus hijos e hijas crezcan. A mí me pasa lo contrario. Me encanta que las mías se hagan mayores. Lucía cumple hoy dieciocho años y no puedo sentir más satisfacción. Me parece mentira, eso sí, por la rapidez con que ha pasado el tiempo desde que nació hasta ahora.
Estoy contento porque creo que soy mejor desde que ella está. Y, modestamente, creo que el mundo también lo es en la medida en que una persona puede cambiar el estado de las cosas que la rodean. Cada vez estoy más convencido de que la verdadera revolución es la individual. Nada cambia si uno mismo no cambia y no hace lo posible por estar de una manera determinada en su círculo pequeño e insignificante
Lucía es; no se conforma con estar. Se cae pero vuelve a levantarse con una fuerza interior, una pasión por la vida, una voluntad y un amor hacia los demás que hace que, sin que ella se de cuenta, su opinión y su presencia sean imprescindibles para los que estamos a su lado. Además recomiendo descubrir su lado gamberro, quizás porque somos cómplices y compartimos un sentido del humor algo raro al que me es imposible resistirme.
Le quedan muchos desengaños, sufrirá, pero no importa porque esa es la consecuencia de vivir. De vivir de verdad, libremente y bebiéndose la vida como ella lo hace. Me aventuro a pensar y me atrevo decir que, con los años, será una mujer sabia porque tiene una bondad natural que le hace saber ponerse en la piel de los demás sin perder el criterio que poco a poco, golpe a golpe, se va formando.
Lucía nos regala felicidad, a nosotros y a todo el que esté cerca, y lo seguirá haciendo siempre porque tiene luz propia.
Desde aquí le doy las gracias por enseñarnos continuamente y, como dije cuando empecé, por hacernos mejores cada día.
Preciosas palabras Carlos. Como tu de tus papis, Lucía es una digna heredera de todo lo que le habéis transmitido Elena y tú. Un placer auténtico estar a su lado y sentir que su abrazo es de verdad. Enhorabuena!!!.
ResponderEliminarMuy bonito Carlos, nuestros hijos deben siempre hacernos sentir así. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas felicidades para Lucía y para esos padres, formáis una bonita familia. Qué envidia Carlos, como me gustaría saber transmitir como tú. Besos
ResponderEliminarSon preciosas tus palabras y no tengo la suerte de cono cerca mucho pero X lo poquito que la conozco y lo q me cuentan creo es tal como la describes y lo q dices sobre el cambio individual y el entorno más cercano lo comparto X completo. Os deseo todo lo mejor a ella y a toda la familia
ResponderEliminarPoco que añadir a tus bonitas palabras, aunque de sobra sabes la debilidad que siento por "mi niña". Hay personas que te enamoran al momento de conocerlas, me pasó cuando Lucía era tan pequeña e insegura y más aún ahora, ya una mujer, que te hace enseguida cómplice de sus dudas y deseos. Me siento muy orgullosa de haberla visto crecer con esa luz que le sale por los poros, con esa sonrisa que regala a todo el que lo necesite, con esa timidez que no le impide comerse el mundo, con esa sensibilidad que derrocha sin ser consciente de ella... Es verdad lo que dices, te inunda de luz y te hace crecer también a ti. Se ha hecho esencial en mi vida.
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