En días como ayer te echo de menos. Y cuando salta a mi vista o recuerdo algo sobre Agatha Christie, Frida Kahlo, María Montessori, Pearl S. Buck, la reina Hatshepsut, la dama azul de Javier Sierra o todas aquellas que tuvieron que vestirse de hombre para poder desarrollar sus vocaciones, tus preferidas. Estas y muchas más mujeres que conocí gracias a ti y cuando casi nadie hablaba de ellas.
En realidad te echo, te echamos, de menos a todas horas, en cada momento, permanentemente. Es tanto lo que nos has dejado que me temo que va a ser una condena demasiado larga y dolorosa de cumplir porque el hueco es tan grande como tu humanidad. No hay demasiadas personas tan humanas, en todos los sentidos, como tú.
Y me dirijo a ti porque me consta que me escuchas.
Ya sabes, de lo bueno lo mejor y de lo mejor... lo superior.
Yo estuve con Marisa en muy pocas ocasiones, pero esos ratitos siempre fueron muy intensos. Seguramente que el afecto mutuo que nos tenemos tú y yo fue la clave de esa buena relación con tu hermana desde el primer momento que nos vimos. Recuerdo muy gratamente ese día y los encuentros amigables que mantuvimos posteriormente, hablando de todo y de nuestras cosas. No puedo ni imaginarme el dolor que debéis sentir. Un beso muy grande. Ya sabes cuanto os quiero.
ResponderEliminarGracias, Pilar. Nosotros también a ti.
ResponderEliminarYa te comenté, querido Carlos, que sé en mi alma el dolor de la pérdida de mi hermano. No es fácil. Solo te deseo que larecuerdes con todo el amor que seas capaz. Un abrazo
ResponderEliminarQuién eres?
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