No sé quien sería el tal D. Eligio, pero escribía esta reseña deportiva en el boletín del Hogar Recreativo y Cultural del mes de enero de 1933. Parece de Jardiel Poncela. Se debería tomar nota para echarle sentido del humor a las competiciones deportivas, y a las de otro tipo también. Y eso que habla de su equipo...
Portada del boletín del Hogar Recreativo y Cultural de 15 de enero de 1933 |
Deportes
Hogar Recreativo y Cultural (Reserva) 1
Club Deportivo La Playa 3
El domingo 25 del pasado Diciembre del otro año tuvo lugar este sensacional encuentro entre los equipos arriba mencionados.
A las órdenes de un señor con pantalones largos, que sin duda era jefe de estación porque de vez en cuando tocaba un pito, se alinea el primer equipo, mejor diré el primer tren de los citados, y acto seguido, en la vía opuesta, el segundo. En un espacio libre, que debe servir de andén, se queda el jefe. De repente suena un silbato y los dos trenes rompen la marcha. Allá, a lo lejos, se ven dos palos verticales y por encima de ellos uno horizontal. Debe ser la puerta de la estación. Enfrente y también a lo lejos se ve otra puerta igual. Los trenes parecen haberse vuelto locos, pues aunque llegan a las respectivas estaciones, no paran casi nunca y en cambio retroceden a cuarenta por hora.
De vez en cuando, en sus evoluciones, tropiezan unos coches con otros del tren contrario y del golpe quedan rotas algunas astillas, pero no se paran por astilla más o menos y continúan su vertiginosa carrera.
Hay momentos en que una voluta de humo que se escapa de la máquina penetra por una puerta de las estaciones a que antes hacemos referencia, a pesar de que los empleados, uno por cada lado, hacen unos signos en el aire como convenciéndola de que no debe de entrar. La voluta se cuela sin hacer caso de la cara avinagrada del que guarda la puerta. Entonces los trenes vuelven a las respectivas vías de donde salieron la primera vez. El jefe discute con algún viajero y da nuevamente la salida con un compás de tango, poniéndose en movimiento los coches.
Y así hasta que termina el partido. ¿Que quién ganó? Cuando casi estaban empatados, por la mano (penalty) ganó La Playa que con su tren rojo y blanco llegó tres veces a la estación contraria, mientras los cangrejos, que van más despacio y a veces caminan hacia atrás, no llegaron más que una.
A pesar de todo, los "hogaristas" no se desaniman y están reparando averías para un próximo viaje.
Hagamos votos porque no haya choques ni descarrilamientos.
Y antes de concluir esta reseña, un consejo:
Si hemos siempre de perder
cuando hacemos por ganar,
no hagamos más por vencer
y así nos verán triunfar.
D. ELIGIO
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